¡ Vacío !
Hoy la Iglesia continúa hablando del Diablo, pero ya no tanto del demonio. Sigue preocupada por las tentaciones, pero lentamente ha ido abandonando su creencia en las posesiones. Nadie puede introducirse por la fuerza en el interior del hombre. Sólo existe el Diablo, es decir, el mal, y su accionar se reduce, a lo sumo, a la tentación, a la propuesta de caminos pecaminosos, a insinuaciones desviadas. Jamás lo hará por la fuerza. Y basta que uno se mantenga firme en su "no", para vencerlo. Es más: aunque no siempre lo parezca, ya ha sido definitivamente vencido gracias a la presencia de Jesús en este mundo. Él mismo lo dijo: "He visto caer a Satanás desde el cielo como un rayo" (Lc 10, 9).
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Indice | ¿El Diablo y el demonio son lo mismo? 5 Una confusión general 5 Lo que es un demonio 5 Los logros de la antigua medicina 6 Cuando el demonio aparece 7 Y aclaran qué demonios 8 ¿Juan y Jesús endemoniados? 9 Quién es el Diablo 10 Peligrosa confusión 11 ¿Por qué no lo aclaró? 13 ¿Existen los demonios? 14 La actitud de la Iglesia 14 ¿Fue tentado Jesús por el Diablo? 17 Ni buenas ni malas 17 Una sola vez, es fácil 18 Con transporte incluido 18 Las tuvo permanentemente 19 El porqué de 3 20 Viejas tentaciones, para el nuevo pueblo 21 La tentación del desierto 22 La tentación del pináculo 23 La tentación de la montaña 23 En reemplazo del perdedor 24 Basados en su vida 25 También las demás 26 Modelo para imitar 27 |