¿Qué podemos hacer cuando en nuestras aulas nos encontramos con un alumno que no responde a los modelos preestablecidos cultural y socialmente? ¿Qué ocurre cuando un chico, para apropiarse de los contenidos, debe bloquear sus capacidades e inclinaciones naturalmente desarrolladas? ¿Qué sucede cuando el sistema educativo está diseñado para favorecer o estimular procesos cognitivos, líneas de pensamiento y sentimientos que chocan con los de ciertos sujetos de aprendizaje? Frente a estos interrogantes, la autora hace una propuesta pedagógica que parte del reconocimiento de las múltiples inteligencias y, a través de siete caminos, busca desarrollar los altos potenciales en la escuela. Esta obra habla de una educación en la que el docente se suelte al “juego” de construir junto con sus alumnos los múltiples caminos para acceder al saber; una educación en la que el error sea andamio para el éxito y generador espontáneo y natural de proyectos como un peldaño de la escalera del aprendizaje.
Indice | |
Indice |
|