En uno de sus más profundos trabajos, Thomas Merton define la naturaleza del misticismo, particularmente el expresado por el carmelita san Juan de la Cruz en el siglo XVI. El recorrido de Ascenso a la Verdad define la naturaleza de la experiencia contemplativa, expone sobre el necesario despojamiento interno que conduce a ella y ofrece una introducción a la contemplación madura. Cuando la fe se despliega hacia una profunda comprensión espiritual y se desplaza más allá del alcance de los conceptos hacia las tinieblas que sólo pueden ser iluminadas por el fuego del amor, el hombre comienza auténticamente a conocer a Dios del único modo que satisface su alma. Thomas Merton nos anuncia que la Verdad necesaria para el hombre no es la abstracción del filósofo, sino Dios mismo. La paradoja de la contemplación es que Dios nunca es realmente conocido a menos que también se lo ame. Y sólo podemos amarlo cuando hacemos Su voluntad. Esto explica por qué el hombre moderno, que sabe tantas cosas, es a pesar de todo un ignorante. Dado que carece de amor, el hombre moderno no logra ver la única Verdad que importa y de la cual dependen todas las demás.
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Indice | Nota del autor 9 Prólogo 13 Parte I: La nube y el fuego 29 Capítulo I. Visión e ilusión 31 Capítulo II. El problema del descreimiento 39 Capítulo III. En una noche oscura 57 Capítulo IV. Misticismo falso 67 Capítulo V. Conocimiento en ignorancia en san Juan de la Cruz 81 Capítulo VI. Conceptos y contemplación 97 Capítulo VII. La crisis del conocimiento oscuro 109 Parte II: Razón y misticismo en san Juan de la Cruz 121 Capítulo VIII. El fundamento teológico 123 Capítulo IX. Fe y razón 143 Capítulo X. La razón en la vida contemplativa 151 Capítulo XI. "Vuestro culto espiritual" 169 Capítulo XII. Entre el instinto y la inspiración 179 Capítulo XIII. Razón y razonamiento 197 Capítulo XIV. La inteligencia en la Oración de Quietud 211 Parte III: Doctrina y experiencia 233 Capítulo XV. El espejo de aguas plateadas 235 Capítulo XVI. Una nube oscura ilumina la noche 253 Capítulo XVII. El conocimiento amoroso de Dios 265 Capítulo XVIII. "Al monte y al collado" 279 Capítulo XIX. El gigante se mueve cuando duerme 297 Notas biográficas 309 Referencias 329 |