¡ Vacío !
Si a todo saber le cabe la necesidad de estar bien fundado en una perspectiva antropológica que estará ineludiblemente presente como telón de fondo en su quehacer, con mucha más razón lo será para la orientación. Éstos son los ejes principales de este trabajo, que busca aportar una luz a la eterna motivación existencial del sentido de la propia vida, para que, más que soluciones técnicas desde afuera, se dé previamente una develación desde el interior y su conciencia; y, más que enfocarse sobre los problemas, se tratará de iluminar para que el mismo hombre vea su parte de responsabilidad.
De allí que trabajar por su bien y salud no puede ser en primer lugar detenerse en lo enfermo, sino potenciar lo que “es” y está llamado a ser como ideal supremo, orientando sencillamente a todo lo que de positivo, más humano y noble hay en él; reconociendo que su dimensión espiritual es la peculiaridad que, entre los demás seres, lo hace erguir por encima de sus límites, trascendiendo sus condicionamientos y circunstancias, para encontrarse dialogalmente consigo mismo y con los otros.
En una clara perspectiva humanista y existencial, para volver la mirada al hombre integral y no pretender abarcar la totalidad desde la parcialidad de una ciencia que no dialoga con el saber, el presente trabajo se desarrolla con la esperanza de dejar, además, un apetito por el mayor de los misterios, el de la interioridad.
