El hombre, que llega a las estrellas más lejanas, sigue aún desafiado a llegar a su propio interior, tanto más cercano cuanto misterioso. Casi tomando dos extremos en el tiempo, como lo son las figuras singulares de Agustín y Frankl, este trabajo, sin embargo, los revela cercanos justamente por haber llegado ambos a las fronteras de esa dimensión central, la del "corazón" mismo del hombre, que trasciende las cuestiones accidentales o circunstanciales que caducan como el pensamiento que se ocupa de ellas. Invitando, al mismo tiempo, a una investigación y contemplación que desafía las diferentes ciencias del hombre para que puedan brindar lo que cada una debe aportar sin perder la perspectiva de totalidad y centralidad de las dimensiones que integran este maravilloso misterio que es el hombre. "Eje espiritual" e "interioridad" son dos términos que refieren a ambos autores respectivamente, y desde muy diferentes ángulos, pero confluyendo en este centro casi con las mismas palabras, las que nos dejan entrever que es mucho más lo que en este campo se tiene por delante que lo que se pudo hasta el momento descubrir. Este pequeño trabajo busca ser un incentivo a la aventura de realizar este viaje al interior que el hombre debe hacer para descubrir el sentido último de su existencia.