"El propósito de este libro consiste en interrelacionar el clamor del oprimido con el clamor de la Tierra", dice el autor en su introducción a esta obra monumental y -por muchos motivos- conmovedora. Se sabe que el desastre ecológico está alcanzando niveles inéditos en la historia de la humanidad. Se sabe, sí, pero ¿se ha tomado conciencia real de la magnitud del daño, del panorama desolador que espera a las futuras generaciones? La mirada del autor, sin embargo, no proviene de una certeza apocalíptica. Todo lo contrario. Su propuesta pasa por la necesidad impostergable de fundar un nuevo paradigma, basado en la religación universal, en la restauración de lo sagrado que hay en todas las cosas, en la recuperación de la dignidad de la Tierra... Porque, "abrazando al mundo, estaremos abrazando al mismo Dios".