Éste es un libro útil a los fines de la nueva evangelización. En él, el padre Horacio Bojorge explica el contenido de una serie de conceptos que muchos cristianos emplean cotidianamente sin entender cabalmente qué significan, o entendiéndolos mal. Conceptos esenciales para comprender en qué consiste la vida cristiana bien entendida, de acuerdo a las enseñanzas evangélicas de Jesucristo mismo. Los capítulos de que consta esta obra tienen su origen en la predicación de retiros a sacerdotes, religiosos y laicos. El autor explica en ellos, con sencillez, en qué consiste la justicia del hombre ante Dios y en particular la justicia filial que el Padre espera de sus hijos; cómo entender la invitación a ser perfectos como el Padre celestial es perfecto; qué pedimos cuando oramos: Santificado sea tu Nombre, Venga tu Reino, Hágase tu Voluntad. El autor retorna así sobre algunos temas centrales del Sermón de la Montaña y del Padre Nuestro a los que se ha referido en obras anteriores, pero que exigían ser tratados más a fondo, y a la vez más sintéticamente, para su mejor comprensión. A través de estos capítulos se va dibujando, con algunas pinceladas esenciales, el rostro espiritual y religioso de la vida cristiana auténtica, tal como la entendió y enseñó Jesucristo, y que consiste en vivir como el Hijo; en vivir como hijos de cara a Dios Padre. Recibiéndose de Él, en un diálogo filial, existencial, confiado y amoroso que, comenzado y plasmado en el tiempo en una biografía dada de lo Alto, está destinado por el Padre a continuar eternamente.
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Indice | Prólogo 9 I. Dios explícito 13 II. La justicia filial y el Reino de los Cielos 23 III. Vosotros, pues, sed perfectos 37 IV. Tu Padre, que ve en lo secreto, te dará de Sí 49 V. Santificado sea tu Nombre 59 VI. ¡Venga tu Reino! 73 VII. Hágase tu Voluntad 87 VIII. Jesús, el nuevo Josué 99 Anexos 105 I. Santidad / Hechos de Vida / Ver, juzgar y actuar 105 II. El Eclipse del Padre / Modalidades y efectos 111 III. El Reino de Dios en la Redemptoris Missio 119 IV. La Regeneración: san Justino y san Gregorio de Nisa 125 |