¡ Vacío !
El autor considera este trabajo como una subida a niveles que sobrepasan el nivel del mundo sensible que nos rodea. Teología y física cuántica tienen puntos comunes. Por lo pronto ambas apuntan a las alturas. Internarse en estos temas lo podemos comparar con lo que ocurre con un montañista. Comienza a escalar a partir de un nivel desde el cual ve el mundo sensible que lo rodea y lo condiciona. Pero a medida que va subiendo a niveles más altos su vista deja de ver el mundo de todos los días, para dar paso a un panorama distinto, en donde abunda la blancura de las nieves. El aire más puro, mayor radiación solar, y un sentimiento de libertad. Todo muy extraño a la vez que atrayente. Y cuando logra llegar a la cúspide, tras sentirse vencedor, abarca con gozo un realismo nuevo. Una sensación similar sentirá el lector de este libro. Se encontrará también con un mundo nuevo, con la blancura, con la pureza, con la libertad de los hijos de Dios, con la radiación del esplendor de la Eucaristía.
