Lo que enferma y lo que sana al hombre nos ayuda a comprender cómo las heridas no sólo nos abren a nuestra propia verdad y la verdad de los hombres que nos rodean, sino que también nos abren a Dios. Jesús se volvió precisamente a los hombres lastimados porque sabía que estaban abiertos para la Buena Nueva del Dios misericordioso. No son los sanos quienes necesitan de médico, sino los enfermos. Los heridos intuyen que no pueden curarse a sí mismos, que dependen de la gracia de Dios. Están abiertos a Dios como al verdadero médico de las almas. Jesús llama bienaventurados a los pobres y a los que lloran, a los heridos y lastimados. Y en la parábola de la gran cena nos señala que los exitosos se excusan, pero los pobres y lisiados, los ciegos y los cojos aceptan la invitación. Allí donde está mi herida, allí estoy abierto para la gran cena, para ser uno con Dios. La experiencia del propio desvalimiento y la propia herida es evidentemente la condición para una experiencia real de Dios. Porque entonces no confundiré a Dios con mi propio éxito, con mi propia imagen ideal, sino que experimentaré realmente al Dios de mi salvación, al Dios que me ha salvado y restaurado a mí, un ser humano desgarrado y herido.
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Indice | Prólogo 5 Wunibald Müller Una espiritualidad a modo de un árbol: arraigada en la tierra y tendida hacia el cielo 11 Una espiritualidad que valore nuestro cuerpo y sus necesidades 16 Una espiritualidad que valora nuestra psiquis 22 Una espiritualidad sana, la aceptación de mí mismo y la capacidad de amar 26 Una espiritualidad que fomenta nuestra humanación 30 Una espiritualidad que conduce hacia la experiencia de la comunión con el mundo de la eternidad 35 Anselm Grün La herida que me lleva a la apertura. La herida como oportunidad 41 Introducción 43 Heridas de la vida 46 La herida como oportunidad 56 Christoph Jacobs Salutogenia: Un programa para una vida saludable Enfoques psicológico pastorales sobre nuestro anhelo de salud, integridad y éxito 65 Prólogo. El anhelo de una vida en plenitud 67 Motivación 1. Percibir y aceptar la complejidad de lo viviente, para comprender adecuadamente salud y enfermedad 71 Motivación 2. Evitar pensar y actuar según el concepto clásico de patogenia 75 Motivación 3. Adoptar el punto de vista de la salutogenia y preguntar: ¿Cómo enriquecer la vida de la gente? 80 Motivación 4. Examinar importantes conceptos psicológicos de salud y sus consecuencias 85 Motivación 5. Dedicar una atención especial a las fuentes estructurales de las fuerzas vitales positivas 90 Motivación 6. Convencerse de que las principales cargas de la vida suelen ser desafíos para robustecer en salud 97 Motivación 7. Fomentar todas las cualidades y conductas personales que permitan estar a la altura de la vida y sus exigencias 101 Motivación 8. Activar y consolidar las relaciones humanas y el apoyo social como factores decisivos para la promoción de la salud 108 Motivación 9. Apoyar a las personas en el camino hacia la reconquista y desarrollo de la salud física y psíquica 113 Motivación 10. Poner en práctica la aclaración de los valores y metas, la activación de las fortalezas, el aprendizaje por experiencia real y la ayuda activa para superar problemas 120 Epílogo. Vulnerable pero invencible 125 |